TARTA DE QUESO, CHOCOLATE Y CAFE

No se como empezar. Esto del chocolate es otro mundo y seguro que los choco-adictos me entenderán.

La idea inicial era una tarta de queso horneada, muy buenas, sí , pero terminó con esta delicia mucho menos complicada y bastante más ¿atractiva?

Espe, en su post de tartas cuajadas de queso, me recordó que, usando un poco la imaginación, tenemos un postre "Bocatto di cardinale" sin necesidad de usar el horno, sobre todo a partir de ahora que por fin vemos el cielo azul más de dos días seguidos.

Esta tarta tiene una combinación de sabores ideal para mi... el sabor del queso no es tan marcado. El chocolate es el protagonista con el acento del café y el brandy. Otra ventaja, no soy golosa, es que no es demasiado dulce y, sobre todo, es extremadamente fácil y rápida de hacer. No falla¡¡¡

Por último, me encanta que el chocolate sea amargo pero siempre se puede elegir otro que tenga una proporción de cacao menor.

La disfrutamos y voló... es que es un "caprichito".

Quería comenzar Junio con algo dulce y compartir con vosotros mi 5º cumpleaños... el del BLOG. Gracias a todos por visitarme desde hace tanto tiempo :-))

Ingredientes: 

Para un molde de 16/18 cm 

- 250 gr de galletas
- 3 cucharadas de mantequilla
- 1/2 tarrina de queso de untar
- 250 ml de nata líquida
- 1 tableta de chocolate de cobertura
- 3 cucharadas de azúcar
- 250 ml de leche
- 1 sobre de cuajada
- Un tacita de café concentrado o un sobre del instantáneo
- Brandy (al gusto)
- Chocolate recién rallado para la cobertura (o fideos de chocolate)

Elaboración: 

Trituramos las galletas con la batidora y las mezclamos con la mantequilla. Extendemos esta masa en la base del molde distribuyéndola bien y apretándola con una cuchara. Reservamos en el frigorífico. 

En un cazo calentamos a temperatura suave la leche (reservamos un poco para disolver la cuajada), la nata, el azúcar y el chocolate. Removemos continuamente hasta que empiece a hervir. Retiramos y añadimos la cuajada disuelta. Volvemos a poner al fuego, siempre sin dejar de remover (si es necesario, batimos con la batidora). Debe quedar una crema suave y homogénea. Le ponemos el café y el brandy. Mezclamos bien pero sin agitar demasiado porque se formarían burbujas y afean el corte de la tarta.

Finalmente, volcamos las crema, despacio, con cuidado, sobre el molde de galletas. Dejamos enfriar totalmente antes de meterla en el frigorífico. Una vez totalmente fría, podemos adornarla con chocolate rallado o con fideos de chocolate.